Febrero 27, 2012.
El Diputado Felipe Abel Rodríguez Leal, Presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios, consideró inviable aplicar medidas como la sanción o desalojo, ante la proliferación de falsos migrantes que piden en los cruceros, pues atribuyó la situación principalmente a un proyecto erróneo en materia social y económica, y al desinterés por una política migratoria.
Señaló que las modificaciones al Bando de Policía y Buen Gobierno que llevaron a cabo algunas otras entidades para sancionar o desalojar a los llamados “migrantes piratas”, son medidas que no resuelven nada y que en los hechos únicamente criminalizan la pobreza, que tienen que ver más bien con prejuicios y una falsa concepción de cómo se debe tratar la pobreza en este país y en América Latina.
El legislador perredista expresó que es necesario resolver otras cuestiones de carácter social, y a nivel local aprobar la Ley de Protección al Migrante y a la Movilidad Humana, que se encuentra en la Comisión de Derechos Humanos, ya qye ahí se establece claramente la obligatoriedad del Estado de levantar un padrón de migrantes, precisamente para que no ocurra esto de que haya personas que aprovechándose de su situación de pobreza se hacen pasar por migrantes centroamericanos.
Reiteró que la solución no son medidas de carácter autoritario ni represivo, pues se trata de una situación producto de la pobreza que no puede criminalizarse, sino que se debe resolver desde una política social y económica, además de que debe cuidarse que los pedigüeños no caigan en actitudes de carácter delincuencial pero no criminalizar la pobreza.
Reconoció que es importante tomar medidas en lo inmediato para que el problema crezca más, y a manera de propuesta dijo que el Estado debía garantizar el bienestar para todas las personas que transitan por el Estado, en este caso a través de albergues o algún tipo de asistencia social, ayuda humanitaria, así como algún tipo de asistencia jurídica para poder dar orientación.
Asimismo indicó que sería necesario buscar algún tipo de vinculación con los estados de los que provienen los pedigüeños, a fin de que se hicieran responsables de ellos y se pudiera atender la situación en la que se encuentran.
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