martes, 14 de junio de 2011

Congreso del Estado corrige una injusticia histórica con las mujeres.

Junio 8, 2011.


El día de hoy se inscribió en el Muro de Honor del Salón de Plenos del Congreso del Estado, el nombre de Dolores Jiménez y Muro, maestra rural potosina, poetisa, feminista, ideóloga del zapatismo e impulsora del movimiento revolucionario, siendo la primer mujer con esta distinción.
Por su parte el Diputado Felipe Abel Rodríguez Leal, promotor de la iniciativa, indicó que se trata de un acto de estricta justicia, que comienza a querer corregir años de una actitud equivocada y de una concepción que asumía que la historia nuestra ha sido construida, entendida, discutida y actuada por sólo una parte del mundo: la masculina.

En el mismo sentido criticó que en el mercado de trabajo, la permanencia de las brechas salariales entre hombres y mujeres, la segmentación del mercado laboral, la precarización de los derechos laborales de las madres y los índices más altos de desocupación de las mujeres respecto a los hombres, hablan de una ausencia de políticas orientadas a la erradicación de la discriminación laboral en la región.

Además expresó que durante todos estos años la ausencia del nombre de una mujer en el Muro de Honor, ha sido una ratificación más y un recordatorio de cómo nuestro sistema político, económico y cultural ha sumido a las mujeres en la invisibilización, y en los roles preconcebidos, y que sobre todo, les ha negado el pleno ejercicio de sus derechos, de su inteligencia y capacidades.

El legislador del sol azteca destacó que Dolores Jiménez y Muro nos obliga a mirar con ojo crítico esa concepción histórica que quiere hacer invisibles a los grandes o pequeños grupos de población, que por no ser parte de las élites o jerarquías políticas, pasaron a ser invisibilizados de la historia “tradicional”.

“El que este Congreso reconozca a una mujer como Dolores tiene trascendencia, además porque reconoce a muchas otras, mujeres sin nombre para la historia oficial, pero que construyeron fuerzas de resistencia, rebelión y organización para las y los mexicanos”.

De Dolores Jiménez Y Muro no se sabe con certeza el lugar de su nacimiento, pero sí se sabe que desde su infancia y juventud desarrolla un talento literario y político que la distinguiría, compartiendo en su juventud sus capacidades con los liberales potosinos y de otras entidades. Así, compartió experiencias y prácticas lo mismo con Camilo Arriaga, Manuel José Othón, Antonio Díaz Soto y Gama, Benigno Arriaga.

Siendo presidenta del Club Femenil “Hijas de Cuauhtémoc”, organiza y encabeza una protesta en la Ciudad de México contra el fraude electoral de Porfirio Díaz, situación por la que es encarcelada en condiciones de total aislamiento, para utilizar su sufrimiento como “ejemplo” a otras mujeres.

Se integró asimismo a las filas del zapatismo, donde fue periodista, maestra, oradora, llegando a obtener el rango de Generala zapatista, pero su papel fue más allá de involucrarse como ideóloga y estratega del caudillo agrarista, siendo nuevamente encarcelada en 1914 por Victoriano Huerta, hasta los últimos días de su vida. Dolores se entregó a la construcción de una nueva nación, dedicándose al periodismo sin renunciar nunca a sus ideales ni ceder un ápice en sus convicciones.


El perredista expresó que con esta distinción se está aceptando y reconociendo el valor de las mujeres, por encontrar día a día y a contracorriente su ideal de equidad e igualdad de derechos, además de que se destaca que las mujeres no deben seguir sujetas a estereotipos, roles “históricamente asignados”, ni a condiciones que ratifiquen el estado de abandono, de ejercicio de violencias de todo tipo y de ausencia de oportunidades.

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