Agosto 23, 2011.
Respecto a la declaración de la titular del Instituto de las Mujeres, Teresa de Jesús Mendoza, quien señaló que 73 por ciento de la población femenina en la Zona Media son víctimas de violencia, el Diputado Felipe Abel Rodríguez Leal consideró que el reconocimiento de esta gravísima situación que enfrentan las mujeres en el estado, no debe ser sólo un acto de contrición, sino que debe traducirse en una reorientación de las políticas públicas que en torno al género aplica esta dependencia.
Además indicó que la propuesta que plantea la titular sobre el cambio de nombre de la dependencia, debe ir acompañada en todo caso, de una ampliación no sólo semántica sino en cuanto a los alcances, cobertura, protección y defensa efectiva de los derechos de las mujeres, pues aseguró que de lo contrario se estaría frente a un planteamiento muy corto, que de nada sirve si se limita a un mero cambio de membrete.
En el mismo sentido Rodríguez Leal dijo que es incomprensible la ambigüedad y la tibieza con que responde el IMES a los casos de feminicidios y de violencia contra las mujeres en San Luis Potosí, siendo que el Congreso del Estado ha aprobado diversas reformas legales tendientes a ampliar el esquema de los derechos de las mujeres en la entidad.
Mencionó que estas reformas impulsadas desde la diputación del PRD, como la relativa a la persecución de la violencia familiar, la derogación de la defensa del honor, y la tipificación del homicidio, para ser ejercibles tienen que ir acompañadas de acciones concretas del Ejecutivo.
El legislador del sol azteca señaló también que en meses pasados el PRD impulsó un Punto de Acuerdo para exhortar al Ejecutivo a que declarara la Alerta de Violencia de Género, misma que sólo encontró eco en la titular del Centro de Atención a Víctimas del Delito, Martha Orta, quien previno que efectivamente la violencia de género en San Luis era alarmante.
Concluyó que ante las cifras que da la misma titular, que cabe señalar únicamente son de la Zona Media, dejando de lado la grave situación que se presenta en la Huasteca, desconcierta la pasividad y la inmovilidad de Teresa de Jesús Mendoza para emprender medidas urgentes que contengan la violencia contra las mujeres, por lo que expresó, su omisión constituye en los hechos una complicidad desde el Estado de los delitos que se cometen.
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